El DAU y el juego camaleónico

Las palabras ‘juego’ y ‘jugar’ tienen, respectivamente, 14 y 19 entradas en el diccionario online de la RAE. La multitud de posibilidades interpretativas que presentan estos dos términos se vio reflejada en el DAU de Barcelona durante la segunda edición de este festival de juegos de mesa que se celebró en el espacio Fabra i Coats los días 14 y 15 de diciembre. Las posibilidades camaleónicas del juego permitieron una mezcla conceptual, estética y hasta ideológica de intereses contrapuestos, cosmovisiones diversas y objetivos antagónicos, todo dentro de una nave industrial que fue construida los años 10’ del siglo pasado y que en 2009 culminó su reforma para convertirse en un espacio de apoyo a la creación artística. Durante el DAU el complejo industrial, aún con algunos cristales rotos en las ventanas de los pisos más altos y con un cierto aire de abandono en algunas naves, se dividió en tres grandes espacios que a pesar de tener su propio nombre (Fábrica de Creación, Espacio G y Espacio Josep Bota) llamaremos juego comercial, juego experimental y juego genuino.

El espacio principal es el que nombraremos como juego comercial. Es el recinto en el que las grandes marcas dedicadas al juego de mesa tienen una serie de mesas organizadas en hileras horizontales en las que se ofrece la posibilidad de probar las novedades juguetonas de este año. La tienda de la salida hace pensar en un macroanuncio a las puertas de la temporada de Navidad, un escaparate inmenso para hacer jugar a los compradores potenciales i convencerlos para pasar por caja después de ver y experimentar las múltiples posibilidades jugueteras. Como en todo festival, en la entrada los visitantes tienen una mesa con infinidad de cuadernos, hojas y folletos para coger información sobre cualquiera de los juegos que podrán probar. El cuadernillo oficial del DAU, a parte de la carta de bienvenida del concejal de cultura, creatividad, conocimiento e innovación (cuanto trabajo tiene este hombre), no es más que un catálogo de juegos parecido al que hojean y subrayan con fervor e ilusión la mayoría de niños antes de escribir la carta a los reyes.

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Con ese panorama parecemos abocados a poner todas las empresas dedicadas a la industria del juego en el mismo saco. No obstante, hablando con algunos de los miembros de la organización y de las empresas es fácil constatar que el mundo del juego no está regido por ideas homogéneas y comunas para todos los actores que forman parte de ella. El primero en demostrarlo es Joaquim Dorca, editor de Devir. Joaquim, periodista de formación, cree necesario que todos los profesionales de la industria del juego, una industria aún pequeña en Catalunya, hayan sido antes jugadores, y que tengan una firme vocación. Articula un discurso coherente sobre el porqué del juego como herramienta de entretenimiento, sin más horizontes:

-Cuanto más nos acercamos al sur de Europa más tendemos a relacional el juego con los niños y las apuestas. En España y Catalunya se juega poco porque no hemos conseguido conciliar la vida familiar con la vida laboral. El problema es que las familias no pasan ratos juntas, no que no haya voluntad de jugar. España es uno de los países de Europa donde se venden más videojuegos, pero los videojuegos representan dar de comer a las ocas, no son presenciales. El juego presencial es un campo de experimentación en todo: emociones y gestión de la vida real. Te enfrentas con el hecho de ganar y perder, y eso supone una herramienta de aprendizaje importantísima, y no sólo para los más pequeños, también para los adultos.

Mientras hablo con Joaquim aparece por primera vez en escena Mr Banks. Es un hombre que va vestido de esmoquin y tiene ciertos aires de genlteman inglés complementados con un sombrero digno de ilusionista y un bastón de marqués que podría haber salido del bazar chino de la esquina. En medio de la conversación con el editor de Devir, Mr Banks, que se convertirá sin saberlo en el emblema representativo de este espacio comercial, hace un par de comentarios en los que nos llama pobres, hace apología de su riqueza desmesurada y nos pone un par de billetes falsos en las manos. Con el convencimiento de irlo a buscar cuando termine con Joaquim, me vuelvo a centrar en la industria del juego.

Dorca cuenta que sería importante tener más atención por parte de los medios de comunicación, e insta a las empresas a transmitir ese discurso en defensa del juego como una obra de autor y un instrumento útil a nivel social, cultural y pedagógico. El problema, dice, es que no todas las empresas dedicadas a la industria del juego creen en éste como una herramienta educativa, pedagógica o una representación artística, sino que simplemente pretenden que un número de personas pasen por caja para conseguir un número de dinero en una cuenta corriente. No quiere decir nombres propios, porque sospecho que algunos pueden estar en los carteles de la mesa de al lado, pero se queja de que hay empresas que ‘venden juegos como si fueran cojinillos’.

El recinto se va llenando a medida que avanza la mañana y las mesas cada vez tienen más gente a su alrededor que lee un libro de instrucciones, lanza dados al aire y mueve fichas dentro un tablero. Cuando supe que tenía que cubrir un festival de juegos de mesa no tenía claro qué tipo de público atraería el acontecimiento, si habría muchos chiquillos, familias, gente joven o un público muy segmentado parecido al del Salón del Manga, con gente disfrazada, cabellos tañidos y camisetas raras. De momento las familias ganan por goleada dentro de este espacio de juego comercial, y hay una muchedumbre de niños entusiasmados con este océano de posibilidades lúdicas que van de un juego a otro con los ojos muy abiertos y la ilusión grabada en la cara. El abanico de personajes se reduce a un hombre con el pelo verde, que más tarde descubriré que se llama Friedmann Friese y es autor del juego Alta Tensión, un juego que en el catálogo oficial pregunta a los compradores: ‘¿Os interesa ganar dinero con la electricidad? Es una idea excelente, ¿no os parece? Efectivamente es una gran idea, la misma que tuvieron las grandes empresas eléctricas españolas justo una semana después del DAU, en la que anunciaban una subida del 11% de las tarifas.

Por los altavoces se oye la voz de un showman que habla de dinero, ricos y pobres. Le tengo localizado y voy a por él tal y como me había prometido: Mr Banks. Está en una esquina del espacio del juego comercial en el que no hay mesas ni instrucciones para probar juegos, sino una pantalla gigante con un proyector y sillas desordenadas. La gente de las sillas está absorta en l pantalla de un iPad. Se trata de Mr Banks, el Juego de la Bolsa, el motivo por el cual hay ese extraño hombre vestido con esmoquin merodeando por la feria. Los impulsores del juego, Josep Perelló y Mario Gutiérrez, cuentan que se trate de un estudio del comportamiento de la gente en la bolsa a través de un juego. El jugador tiene una serie de variables para saber si debe invertir al alza o a la baja, y tiene que ir eligiendo dependiendo de la información que se le da. Aseguran que Mr Banks es un experimento científico a través de un juego, no un juego en si, y que ellos están fuera de su entorno natural pero felizmente adaptados al contexto del DAU. Físicos de formación, han trasladado a la bolsa conceptos de la física a través de las matemáticas, un proceso complejo y rebuscado difícil de captar para los no entendidos en la materia. De hecho Josep Perelló ha realizado una tesis doctoral sobre la física relacionada con los modelos financieros, vinculando la actividad de la bolsa con distintos modelos matemáticos. Sus proyectos han recibido el apoyo de la Unitat de Ciència Ciutadana del Ayuntamiento de Barcelona. Y tienen un gancho para atraer la gente hacia su esquina: la personificación en carne y hueso de Mr Banks.

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Mr Banks en realidad no se llama así, ni suele llevar esmoquin, ni sabe nada sobre la Bolsa. Héctor se dedica a realizar espectáculos, se define como un clown/actor y ha venido esta mañana al DAU sin saber muy bien de que iba toda esta movida. Sólo sabía que tenía que interpretar el personaje de un hombre muy rico y que debía ir vestido con las mejores galas, puro en la boca incluido. Eso y que pagaban bien. Cuenta que todo esto de los juegos de mesa le gusta bastante y que el domingo intentará sacarse el disfraz una horita antes para ir a probar algunos juegos que ha ido viendo durante estos días. Cuenta que en estos bolos se paga bien, pero que él tiene un proyecto personal que le motiva mucho más, aunque no le da dinero: cada sábado por la noche monta un número de cabaret en el Jazzsí Club, un local de El Raval. El espectáculo se llama Cabaret Gang Jam, y la entrada es gratis pero bajo el eslogan ‘tomad cervezas o morirán payasos’, ya que el dinero se saca de las consumiciones.

Mientras Héctor/Mr Banks me cuenta algunas peripecias de sus espectáculos, empieza de golpe un rumor de voces y flashes. Ha entrado un hombre con vestido en el recinto, el único que encontraré en todo el día que también lleva una americana con pantalón a juego a parte de Mr Banks. Es el alcalde de Barcelona, Xavier Trias. Está rodeado de unas cinco personas, entre las que distingo Oriol Comas (comisario del DAU), Inés Garriga (directora de Creatividad e Innovación del Ayuntamiento) y Joaquim Dorca, editor de Devir. Me uno a la rúa, y mientras un par de fotógrafos van lanzando flashes oigo que el alcalde dice al grupo: ‘esto deberíais relacionarlo con lo de los móbiles’. Trias irá paseando por las distintas paradas de juegos, estrechando manos, haciendo comentarios y algunas preguntas de relativo interés. Le llevan primero de todo a un stan muy grande en el que hay un eslogan que dice ‘somos lo que decidimos’. Es el Juego de la Consulta, impulsado por singulargames.cat y que demuestra la multitud de intereses que se pueden concentrar en una feria de juegos de mesa. Me acuerdo de Joaquim Dorca y su lamento por aquellos que ‘venden juegos como si fueran cojinillos’.

El alcalde pasará por los tres espacios de la fiera y antes responderá algunas preguntas para este reportaje, en las que básicamente dará respuestas de piloto automática, que suenan muy estimulantes pero que quizá no signifiquen nada:

— Las apuestas por la creatividad y la innovación son importantes. Barcelona no sólo puede vivir del turismo y el deporte, y apuestas como ésta del juego son claves. El juego es una forma de conocimiento y debemos ser capaces de ser creativos, debemos acercarnos a la cultura y el conocimiento. Hay que poner herramientas al servicio de los creadores para explotar su talento.

Sorprendido por la no-mención del alcalde a ‘lo de los móviles’ sigo merodeando. Una vez abandonado el espacio comercial, aún queda el espacio del juego experimental y el del juego genuino. El espacio del juego experimental está situado en el espacio G, también rebautizado por sus organizadores como el Espacio Rvbicon. Es el nombre de una asociación cultural de recreación histórica de Hospitalet. No es de extrañas pues, que dentro de este espacio haya una serie de juegos basados en reconstrucciones de edificios de la edad antigua y media, como por ejemplo un circo romano recreado con todos sus detalles y una fidelidad minuciosa. Hay un público menos familiar y más estrafalario, con camisetas del estilo ‘I LOVE GAME’ o ‘KEEP CALM AND GOOD GAMES’.

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En las imágenes de la entrada se ven algunas salidas de la gente de Rvbicon vestidos con piezas típicas de la época medieval haciendo recreaciones de algunas batallas históricas. Sin duda es la parte de la feria más alejada del gran público y las apuestas lúdicas de grandes audiencias, y está más relacionada con los jugadores expertos y los mundos paralelos que se pueden crear a través del juego.

El espacio del juego genuino es, simplemente, el espacio en el que se juega. Para llegar hace palta cruzar un patio de arena flanqueado por dos grandes naves industriales. Es una sala con mesas alineadas en las que hay partidas simultáneas de ajedrez y Scrabble. Hay algunas caras conocidas jugando, como Salvador Alsius. En el espacio del juego genuino más vale jugar o marcharse, porque no se puede hacer nada más. Aquí se realizará la maratón de 24 horas de Scrabble y el reto crucigramero, en el que 8 curcigramistas catalanes plantearán una contrarreloj de una hora resolviendo definiciones encriptadas a los participantes.

Cuando salgo vuelvo a ver a Héctor/Mr Banks saliendo del espacio del juego comercial con su esmoquin y el puro en la boca. Sin duda es el espacio con más éxito y afluencia de todo el DAU, y supongo que tiene sentido que así sea. Si algo está claro es que más allá de los motivos y los objetivos de cada uno, la reivindicación del juego y el hecho de darle un espacio de forma anual es un ejercicio necesario. Poco a poco parece que el discurso y las ideas de creer en el juego como una herramienta social, cultural y pedagógica (además de considerarlo una pieza de autos) se van expandiendo y están en pleno crecimiento. La segunda edición del DAU es un claro ejemplo de ello, y a pesar de la capacidad camaleónica del juego y de la acción de jugar, que permite acoger multitud de personas y empresas en un mismo recinto, la esencia lúdica no se puede perder en ningún momento. Y la consciencia de que la industria forma parte del juego, tampoco. 

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Texto y fotografía: Oriol Soler

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