Una entrevista de pregunta y respuesta es material escaso para entrever la personalidad y la forma de ser de Jep Ferret (Barcelona, 1966). Autor de crucigramas, poeta, creador de juegos y bailador de tango, tiene una atmósfera propia que te obliga a sumergirte en ella para establecer una conversación. Las reglas de la conversación las tuvo en su mano en todo momento con su habla interrumpida y aparentemente neutra. Parece esconder mucho más de lo que dice. “Hoy llevo esta camisa, que es bonita. Pero no por las fotos, ¡eh! Es que hoy hay tango”. El Bar Open, en el que todos los jueves hace acto de presencia y resuelve el crucigrama de Fortuny antes de ir a bailar, fue el escenario del encuentro. El camarero sirvió cervezas y también algún detalle de nuestro entrevistado antes de que llegara, orgulloso de ser el anfitrión de un encuentro de esa naturaleza. Reducir a entrevista esa hora compartida con Jep sería una simplificación rancia e injusta por todo lo que lleva implícita entre líneas y silencios.
¿Y qué crucigramas resuelves?
Fortuny, naturalmente. El grandísimo Fortuny.
¿Todos los días?
¡No, no! Los jueves, que es el día que estoy aquí. Sí que había resuelto el Fortuny todos los días, pero ahora sólo los jueves. Vengo aquí antes de ir al tango, los jueves al atardecer bailo tango.
¿Hay relación entre el tango y los crucigramas?
No, ningún tipo de relación. Bueno sí, Jep Ferret. Es la única relación que veo.
En tu blog Cricigrama Express innovas mucho, hacer crucigramas creativos. ¿Por qué pensaste que había que hacer crucigramas creativos?
No lo sé, cuando decidí hacer la página, una página dedicada sólo a los crucigramas, pensé que quizá tenía que salir de la reja típica. No me he inventado nada, eh, las formas esas son plantillas en su mayoría. Algo sí que me he inventado, pero cosas muy raras: una reja que es un cubo, alguna que es circular... Me he inventado algo, pero no es importante. La cuestión es dar variedad para que sea atractivo, pero no sirve de nada. A mí me gustaría que la gente comprara, hay una pestañita en la que se pueden encargar crucigramas a medida para cumpleaños, bodas, bautizos... Y en esa pestaña no entran mucho.
¿No te solicitan crucigramas personalizados?
No, no va bien del todo. Ahora he entregado uno, pensaba que estaría aquí el personaje al que se lo tenía que dar, pero me lo he encontrado a medio camino. Lo hago bonito, en un póster... Va saliendo pero no tanto como me gustaría.
¿La persona a la cual va destinada qué te reclama? ¿Te da pistas, ítems, o...?
Pido unas cuantas palabras, diez o doce, normalmente el nombre, el trabajo, el pueblo, el nombre de los hijos, el nombre de la pareja... Y pido que me cuenten algo del hijo, o del pueblo para poder darle la vuelta y hacer el chiste, ponerle algo que tenga gracia.
¿Cómo entraste en ese mundillo?
A partir del Scrabble, así fue como conocí todo ese mundillo. Allí encontré a Màrius Serra, a Pau Vidal, Miquel Sesé, Anna Genís... Y después conocí a Fortuny, y ahora somos buenos amigos. También a Ventura, aunque él no jugaba al Scrabble. Empecé a hacer autodefinidos en Olissip, la empresa de Miquel y Anna, y colaboro en El Periódico.
¿Has buscado tu estilo o te lo has encontrado?
Está claro que todo empieza resolviendo. Antes las definiciones eran de diccionario, aburridas. Y descubres que es chulo cuando ves que hay algo detrás. A mí me gustaba Tísner, era muy bueno. También empecé a resolver los de las revistas, como el Quiz. Pero cuando descubres a Tísner o Fortuny dices: ¡joder! Y los imitas un poco, supongo. A veces me dicen: esa definición parece de Fortuny! A mi ya me va bien, si no la he copiado y me ha quedado algo de su estilo no me avergüenzo. Él también debió coger ideas de alguien, ¿no? Espero que algún día alguien diga: esa definición parece de Jep. ¿No? Espero dejar algo de marca. Pero no creo que se busque un estilo, se encuentra. Si lo tienes, claro.
¿Tú tienes?
Yo creo que sí. A veces alguien me lo dice, pero quizá es gente que no ha resuelto los de otros autores.
¿Cómo lo definirías?
No... [hace una pausa larga] No me gusta... Esa pregunta tendría que estudiarla. Supongo que la cuestión es desarrollar el ingenio, usar trucos para definir, usar anagramas, esconder una palabra dentro de otra, usar dobles sentidos para definir... Pero no sé qué es el estilo, no sé definirlo.
¿Aparte de crucigramas has jugado a más juegos de palabras?
Hice palíndromos durante un tiempo, pero es poco agradecido. Por uno de bueno hay cien de malos. Alguna vez he hecho jeroglíficos si me los han encargado, algún librito de crucigramas, damerogramas... Pero la estrella principal es el crucigrama.
Has hecho crucigramas temáticos cuando había elecciones, con los posibles ganadores en una cuadrícula, como Will Shortz...
Eso no sé quien lo hizo primero, como muchas de las cosas que hago. No sé quién me lo contó, igual salió en el Verbàlia de Màrius o lo leí en algún sitio. Hay una sección en Crucigrama Exprés que se llama crucigramas tramposos, en los que hay dos soluciones con una única definición. Hay uno que es con Jesus-Satán, por ejemplo, y con cualquiera de las dos palabras se puede resolver. Hice lo mismo en 2003 con ArturMas Maragall, que tienen el mismo número de letras. Màrius habló de ello en un Run-Run de La Vanguardia, hablando en coña de que podía adivinar el futuro con los crucigramas. En la página puedes ver los artículos... Y me llamaron de una radio local (no sé cuál) y una catedrática me preguntó si era verdad que yo podía adivinar el futuro. Le dije: mira, yo te lo cuento... Querían un pitoniso, no lo pillaron.
Eras el Pulpo Paul del momento.
Exactamente. [Se para i se dirige al camarero: “¡pon cerveza muchacho! Pide ronda para él, el fotógrafo y un servidor]. Se lo conté y me dijeron que ya me llamarían en otra ocasión, que ya no querían la entrevista. Ya ves, era una lumbreras la chica, se pensaba que yo podía adivinar el futuro. Fue mala suerte, pero a mí tampoco me gustan las entrevistas. Te habría dicho que no.
¿Y por qué dijiste que sí?
Me pareció que si lo proponía Màrius... Pero la sensación es que no tengo nada que decir. No me gusta. Tampoco habría ido a la entrevista de pitoniso. No me gusta esa farándula.
De hecho, nunca has presentado los juegos que has creado, ni los libros de poesía que has escrito, ni has ido a recitales.
No me gusta la farándula. Prefiero pasar de todo eso. No sé, esto... Es una entrevista, ya está. Me costó un poco contestar, ¿verdad? Pensé: ¿y ahora qué le digo? Pero bueno, pensé que tampoco sería tan terrible.
¡Espero que no lo esté siendo!
¡No, no! Creo que no tiene demasiado interés. Supongo que si te gustan los crucigramas sí, y mira, si quieres los hago y te los vendo, lo que sea. Pero yo no tengo nada que decir, no soy protagonista de este tinglado. Mucha gente entra en mi página por cosas que yo no esperaba. Ahora puedes saber qué pone la gente en Google cuando te encuentra, cómo llegan a tu página. Claro, la gente no pone “crucigramas artísticos”, ni “crucigramas tramposos”, pero sí que pone “crucigramas de amor”. Mucha gente entra por eso des de Google. Me pareció curioso que la gente buscara eso.
[Ya con la grabadora apagada, Jep nos contó que durante un tiempo mucha gente entraba en su web buscando en Google “tetas meneonas”. Ese término prosaico no estaba en su web de forma intencionada, simplemente eran dos palabras que aparecían en la misma rejilla de un crucigrama y que provocó que algunos entraran en su web cuando probablemente buscaban un contenido distinto. ].
Pensaba que pondrían crucigramas blancos, o crucigramas difíciles, o crucigramas gratis. ¡Pero no crucigramas de amor! Pero vaya, me han pedido cosas muy raras.
¿Como qué?
No sé, cosas. Yo en la página lo cuento todo, digo como va el tema, el precio, explico que doy el PDF con la solución, un póster... Un día una chica me dio una lista de palabras que era: te quiero, te adoro, te amo... Todo sinónimos difíciles de distinguir. Y otro tío me mandó una lista con todas las drogas del mundo. A ese le entendemos menos. Era sudamericano, me pidió sólo la reja.
Eres autor de juegos. ¿Por qué aquí se venden tan poco y no hay cultura de jugar?
El mundo de los juegos ha cambiado, ha ido a mejor. En Alemania se juega mucho. Aquí si un día llueve igual jugamos a algo, pero si no, que no nos agobien. Preferimos ir a la playa, disfrutar del buen tiempo... Es mejor que jugar a lo que sea.
Bailar tango...
Claro, bailar tango es infinitamente mejor que cualquier juego. A mí me gustaba mucho la botifarra que es un juego de cartas muy típico aquí, pero ya no juego. La tropa que jugábamos nos hemos distanciado, ya no jugamos tanto, siempre terminábamos enfadados y gritando, nos cansamos. Pero había jugado en muchos campeonatos. A mí me gustan también el dómino y el parchís, soy más de juegos rápidos que no de esos interminables que hay ahora. Me gustan los juegos de bar, cogerlos del estante y no tener que llevarme la caja de casa, aunque más tarde eso lo he hecho. Al Scrabble también he jugado mucho. Ahora ya no porque el tango ha pasado por delante, pero durante mucho tiempo jugaba todos los miércoles. La gente va cambiando y al final lo dejé. Por la noche, cuando se pone el sol, es hora de tango. Y déjate de cartas y juegos. Iba a decirte que dejes también la poesía, pero no hace falta, porque el tango ya la lleva incorporada.
¿Has ido a Argentina por el tango?
No, fui a Argentina cuando empecé a bailar tango, pero no fue el tango lo que me llevó a Argentina. Yo soy fan de Carlos Gardel, el grandísimo Carlos Gardel, que cada día canta mejor. Ya llevo 9 o 10 años bailando tango.
¿Por qué atrae tanto?
A ver, tienes que pasarlo bien bailando. Es un baile apasionado, bailas en pareja. Yo, años atrás, había bailado salsa. Te das cuenta que bailas agarrado pero cada uno a la suya. En el tango hay mucho contacto, es un baile complicado, hay que aprenderlo y eso me gusta.
¿Siempre has bailado con la misma pareja?
¡No! Al principo, cuando empiezas a aprender, es inevitable porque das muchas patadas, pero llega un momento en el que debes saber encontrar el baile en distintos abrazos.
Has creado unos cuantos juegos con Oriol Comas. ¿Cómo se inventa un juego?
Hostia puta... Cómo se inventa un juego... El juego es un mecanismo, tienes un tema y después debes juntar las cosas. A veces los juegos se encargan. Otras veces no, como el que hicimos con las baldosas del Passeig de Gràcia de Gaudí. Ahí ya teníamos el tema, sólo había que buscar el mecanismo. Ahora hace tiempo que no hago ningún juego. Oriol sí que está a tope con el Verbàlia y con la feria del juego que hace en Granollers. Yo tengo algo, pero me da pereza desarrollarlo. Oriol y yo hemos hecho juegos de montañas, de abrir comercios (que nos encargaron el año del comercio). Y después tengo los versos. ¿Lo sabes?
Sí, sé que te los publicaron los de Edicions 62 en un libro.
No tiene nada que ver con los juegos de palabras, pero sí con las palabras.
El impulso que lleva a escribir versos es el mismo que induce a crear crucigramas y juegos.
No tiene nada que ver. Los versos son un sufrimiento...
¿Un sufrimiento?
... y los crucigramas los disfrutas, es divertido crearlos. [se calla]
¿Por qué son un sufrimiento los versos?
Es algo que sale de dentro y que tienes que parir poco a poco, es complicado. A mí me cuesta mucho, me cuesta un año hacer un verso, me quedo encallado, no lo consigo y no tengo ninguna prisa. No sirve para nada. Hacer juegos es un proceso que aporta recompensa, los versos es distinto. A mí me gustaría dejar de escribirlos, pero me salen. Dices: ¡joder! Pero es algo que sale de dentro. Pero ya te digo, no sirve para nada.
¿Sólo los poemas no sirven para nada? ¿Los juegos y los crucigramas sí?
Con eso te podrías ganar la vida! Pero con la poesía no. ¿Para qué sirve la poesía...? Es más divertido hacer crucigramas.
Para terminar, te pido que escojas una palabra.
Ya he visto que lo haces. Hasta hoy, lo veía y pensaba que era una pregunta terrible. Una palabra... Y la gente te dice euforia, o atzucac... Pensé que te diría que no, porque no podía escoger. Todas las palabras son buenas... Pero a veces algunas son una putada. Como osta. A veces son palabras que te salen cuadrando un crucigrama y que te joden porque son muy complicadas de definir. Entonces, las elimino de mi base de datos. Y osta la tengo marcada en fluorescente en el diccionario. Es osta. [Esa palabra se puede encontrar en el diccionario catalán pero no tiene traducción en castellano, es una palabra que se usa en términos navales y sólo en ese ámbito, como si, pongamos por caso, en castellano hubiera dicho palabras como ganguil, o radiogoniometría]
Texto: Oriol Soler
Fotografías: Marc Saludes
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