Hèctor Glaría (Barcelona, 1974) es profesor de lengua y literatura catalana del Col·legi Immaculada Concepció d’Horta. Fruto de la pasión por su trabajo, el año pasado, junto con el Departamento de Lengua del colegio y el asesoramiento del escritor Màrius Serra, puso en marcha el Immaculàrius, un juego de enigmas de palabras basado en el Enigmàrius de Catalunya Ràdio. Un año después, y visto el éxito de su primera temporada, el Immaculàrius promete convertirse en una iniciativa que aglutine alumnos, profesores, padres y gente diversa de todo el barrio de Horta-Guinardó.
El año pasado pusisteis en marcha el Immaculàrius. ¿Cómo surgió la idea?
El Immaculàrius tiene un origen muy claro: Màrius Serra. En el colegio hicimos el proyecto de literatura de proximidad Escriptor Km 0, para fomentar la literatura del barrio, y lo hicimos de Màrius Serra. Quien mejor que él para encarnar el proyecto. Revisando todo lo que hacía y que pudiéramos disfrutar en el colegio encontramos el Enigmàrius. Y yo, como profesor de catalán, junto con la jefa de Departamento, pensamos que lo podíamos trasladar a los alumnos. Cogimos enigmas suyos del Verba7 y alguna cosita más y los fuimos colgando al web del colegio. Así que empezó realmente como el Enigmàrius. Y por navidad hicimos un Enigmàrius especial, le pedimos a Màrius si nos podía hacer un vídeo de promoción y él mismo bautizó nuestro Enigmàrius como el Immaculàrius.
¿Cómo funciona exactamente este Immaculàrius? ¿Quién propone los enigmas?
El año pasado, que fue el de la primera edición, funcionaba a partir de los enigmas que cogía del Verba7, y alguno que hacía yo, o Rebeca, la jefa de Departamento. Queríamos ver el grado de dificultad que tenía y presentarlos a los alumnos para que vieran como se podían hacer, etc. Y ahora mismo, sí que jugamos con algunos que proponen los alumnos, pero básicamente son nuestros, de los profesores, y de Màrius.
¿Qué recibimiento ha tenido el Immaculàrius por parte de los alumnos?
A los niños al principio les cuesta, porque hacerlos pensar cuesta. Y de hecho, con los niños, paralelamente al Immaculàrius, desde el blog del colegio también les incentivamos a jugar a una serie de juegos, básicamente enigmas, que les sirven para subir nota. Y esto es una cosa que ya les engancha mucho más. Les motiva más. Aunque, curiosamente, los que más participan en el Immaculàrius son los padres. Y es de agradecer.
¿A qué cursos va destinado el Immaculàrius?
Está montado para los alumnos de 1º a 4º de ESO y 1º y 2º de bachillerato. Pero realmente, a los alumnos de 1º y 2º de ESO les cuesta muchísimo porque la base lingüística es muy básica. Y a partir de 3º ya hay quien empieza a motivarse un poco.
¿Hay que tener, por lo tanto, un cierto conocimiento de la lengua para poder hacer enigmas?
Se pueden hacer a todas las edades, pero dependiendo del conocimiento de la lengua que tengas harás unos u otros. Básicamente jugamos a palabras que significan más de una cosa, palabras polisémicas, homónimas, etc. Y esto en 1º y 2º de ESO cuesta. En 3º, que ya empiezan a trabajarlo, ya le cogen un poco el tranquillo. De hecho, muchos, la primera vez, dicen: “Es un tipo de chiste”. Sí, es un tipo de chiste porque hace gracia ver como una palabra la puedes usar en diferentes contextos. Pero todavía lo estamos arraigando. No juegan ochenta alumnos. De momento, son 6 o 7 los que empiezan a participar.
¿Qué crees que les aporta a los niños jugar al Immaculàrius?
Antes que nada, conocimiento de la lengua. Ganar vocabulario. Y trabajar, trabajar con los diccionarios, con juegos de palabras, etc. Y la creatividad, que es básica. A una persona que no sea muy creativa le cuesta mucho hacer un enigma. Por lo tanto, lo potencia.
¿Por lo tanto, dentro del juego, se esconde una función formativa y de aprendizaje?
Exacto. Todo aquello que parece que es para jugar, al fin y al cabo, su objetivo es que aprendan jugando. Porque aprenden vocabulario. Y esto es maravilloso. De hecho, cosas muy básicas. Una palabra que les sorprende mucho es coll. El coll (cuello) es también lo que en castellano denominamos el palo de la baraja de cartas. Pero no le llamamos pal, que viene de palo, sino coll. Entonces, si haces un enigma tipo: “¿Cuál es la parte del cuerpo con que mejor jugamos a cartas?”, hasta que llegan a coll se pueden pasar un buen rato. No pierden el tiempo sino que lo invierten aprendiendo vocabulario.
¿Esta manera de acercarse a la lengua, mediante juegos, enigmas, actividades, hace que los alumnos vean la lengua de manera más positiva?
De forma más amable. Entre amable y amena. Y se agradece. No podemos decir que sea divertida, porque esto ya depende de cada cual. Pero la manera de presentarla es más apacible. A la hora de hacer enigmas los intentamos poner en grupos y esto hace que también sea mucho más entretenido y la hora de lengua pase más rápidamente. Ya hay niños que te piden si hoy haremos enigmas, etc. Pero, tampoco podemos dedicarle todas las horas. También tenemos que continuar haciendo literatura, sintaxis, etc. Se agradece mucho y lo percibimos.
¿Se tiene que potenciar hacer actividades lúdicas en las aulas?
Siempre. Todo aquello que se salga de la normalidad, de tomar apuntes y memorizar, es positivo. Que se tiene que hacer también. Pero a la hora de enseñar, si se hace de forma lúdica y amena ganas muchísimo.
¿Por qué crees que cuesta tanto incorporar dinámicas como estas a los currículums escolares?
Se tendrían que mirar los planes de estudios y los decretos de la Generalitat y mirar que piden. Para hacer estas cosas tienes que buscar algún momento. Por ejemplo, jugar con la literatura es mucho más complicado. Implica lectura, tiempo, y cuesta mucho más. Sí que se intenta. Por ejemplo, una manera es hacer buscar calles literarias a los alumnos: Ausiàs March, Calderón de la Barca, Petrarca, Dante, etc. De este modo también ven que la literatura puede ser más cercana. Pero también hace falta imaginación.
¿Crees que el lenguaje ofrece unas características que permiten jugar más que otras materias?
Hombre, no es que permita jugar más. Cualquier asignatura, si quieres, te da un abanico enorme para poder hacer juegos, ejercicios, actividades, etc. Lo que pasa es que los juegos lingüísticos están más al alcance de todo el mundo: crucigramas, sopas de letras, etc. Pero las matemáticas también ofrecen un montón de juegos, la química también, etc. Incluso, en una asignatura como latín, la gente disfruta aprendiendo vocabulario. Por lo tanto, no es que facilite sino que los tenemos más al alcance.
Volvemos al Immaculàrius. Este año, como novedad ampliáis el Immaculàrius al barrio. Por lo tanto, además de alumnos, profesores y padres, la gente del barrio también podrá participar.
Lo ampliamos a gente del barrio para hacerlo más hortense, pero realmente es para todo el mundo que quiera jugar. Que se vaya expandiendo y cuanto más gente seamos mejor. Básicamente es coger el modelo del Enigmàrius de Catalunya Ràdio y hacerlo más de barrio. Con lo cual fomentamos, tanto la figura del barrio, si hay que fomentarla más, entre los vecinos y los amigos del barrio, y a la vez, una cosa muy importante, que es hacer salir la Escuela al barrio. Que la gente identifique la Escuela con el barrio.
¿Habéis recibido una respuesta positiva por parte del barrio? Escuelas, asociaciones, etc.
No. De momento, no lo hemos abierto, todavía, a otras escuelas. Sí que lo tenemos en la cabeza. Y ya soñando mucho la intención es hacer igual que el Enigmàrius de Catalunya Ràdio, el Immaculàrius de los colegios de Horta-Guinardó. Es decir, si una cosa funciona, como lo está haciendo, invita a hacer cosas más grandes. De hecho, una cosa que sí que haremos es que hemos hablado con el Cor d’Horta, que es la asociación de comerciantes de Horta y del Mercado de Horta, para montar un juego de enigmas con las tiendas asociadas al Cor d’Horta. Y el Ayuntamiento también se ha sumado. Por lo tanto, participamos el Immaculada d’Horta, el Cor d’Horta y el Ayuntamiento de Barcelona.
Ahí es nada...
Sí. De una cosa tan pequeña como era un enigma de un juego de una clase ahora llegará a ser una cosa de barrio. Todos los comercios que se quieran inscribir tendrán un enigma hecho por alumnos que consistirá en adivinar algún producto de aquella tienda. Desde el Departamento elegiremos los mejores enigmas y los enviaremos a las tiendas inscritas, que de momento ya son 44. Y quien quiera participar irá al Cor d’Horta donde le darán un pequeño papel para ir tienda a tienda y hacer todos los enigmas. Es una cosa que da vértigo. No te engañaré. Pero es brutal ver como de una idea pequeña se va expandiendo y acaba involucrando a todo el barrio.
Para acabar me tienes que decir tu palabra preferida.
Hay tantas... Puede ser por fonética, por construcción, por significado, etc. Por fonética, sandvitx me parece maravillosa. Y dentro del campo también alimentario la más descriptiva es un entrepà, porque un entrepà de embutido quiere decir que el embutido está entre pan. Te lo dice todo esta palabra. Es maravillosa. Pero nunca tendré una de preferida porque siempre vas descubriendo palabras nuevas.
Texto: Pau Franch
Fotografías: Albert Gomis